IDENTITATEM


Soy
un poeta judío
como Yehuda Amijai o Abraham Shlonsky
y de la palabra profeta como mis ancestros.

Soy
hijo del Valle del Jordán
y la Aravá que se erigen en mi cuerpo
de la tierra de Judea
transformada en mis huesos.

Un poeta judío
resucitado de la muerte en Egipto,
Babilonia, Persia, Grecia y Roma; en los Pogroms y en la Shoah.
Sus flechas, espadas, fusiles y hornos no me mataron,
pero forjaron de mí una torre de inexpugnable heredad,
resucitada en mí lengua
tejida con el hilo hebreo del alma judía.

Como Yeshayahu Hanabí
profetizo con mis letras, trazando sobre el amargo lienzo de la historia
el óleo de mi esperanza, porque he sido paciente
al aguardar el instante a que la desesperación callara
para mostrar en mi mano este poema viviente
que jamás olvida a Sión.

Pero de algo estoy seguro, allí tu nombre
jamás y nunca se recordará.

® Antonio Dumetz

Comentarios

  1. Una temática novedosa . Muy buen equilibrio del discurso. Poesía con buen pulso. Me gustó el poema.
    Jaime Arturo.

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  2. No quisiera que mi apreciación se publicara porque pienso que hay que destilar aún más la enunciación. Es pura la pauta lírica simbólica del rey Salomón y los poemas gnómicos del Rabí Dom Shem Ton, mi lejano pariente. Ambas son exigentes. Sin énfasis, palabra ritual pura. Un abrazo fraterno

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  3. Somos la memoria viviente de los que nos precedieron. El destierro es de toda la humanidad, desde Adán y Eva. El anhelo de la geografía que se dejó atrás y a la que no podemos volver. El regreso es imposible porque el tiempo tampoco vuelve atrás. Gracias Poeta. Que el olvido no nos cobije tan pronto.

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